Por Mercedes Lafourcade 18 de enero de 2022

Dislexia: mejorar la comprensión y fluidez lectora mediante la conciencia del morfema

La conciencia del morfema es la capacidad de reflexionar sobre la formación de las palabras y sus reglas, así como operar con las estructuras morfológicas que la componen. A diferencia de la morfología que se adquiere con el desarrollo del lenguaje oral, la conciencia morfémica se adquiere con el aprendizaje de la lectoescritura. Esta habilidad se va desarrollando a medida que avanza el aprendizaje del código escrito en la escuela primaria e incluso secundaria.

¿Qué es un morfema?

Un morfema es la unidad más pequeña de la lengua que tiene significado léxico o gramatical y no puede dividirse en unidades significativas menores. Algunos morfemas pueden añadirse a las palabras para formar palabras derivadas, por ejemplo los prefijos (hiper-tenso, geo-centro, sub-marino), los infijos (cafe-c-ito en lugar de cafe-ito) y los sufijos (carnic-ero, viej-ito, cas-ucha) que son morfemas derivativos. Otro morfemas, en cambio, expresan la información gramatical de una palabra: género, número, persona, tiempo, aspecto y modo verbal, "en la palabra ‘linda’, ‘-a’ es un morfema gramatical que indica género femenino". En algunos casos, los morfemas pueden formar por sí solos una palabra: pronombres: di-le, cuíde-se, él, ella; preposiciones: a, con, de, desde, en; conjunciones: y, e, o, pero, aunque; determinantes: el, ella, ese, un, una.

Conocer los morfemas mejora la decodificación y la comprensión lectora.

Desde los primeros grados escolares los niños son capaces de leer, de reconocer la estructura morfológica de las palabras y, además, pueden acceder al significado de palabras complejas mediante el análisis morfológico de sus diferentes partes. El conocimiento de los morfemas influye en la decodificación de las palabras de tal manera que para leer y acceder al significado es necesario reconocer y ensamblar los diferentes morfemas. A su vez, la conciencia morfémica tiene un efecto positivo en la comprensión lectora, principalmente por la influencia de la comprensión de las palabras y el aumento del vocabulario. Tanto es así, que existen evidencias de que los alumnos con un rápido crecimiento en conciencia morfémica, también muestran un rápido crecimiento en vocabulario. Tong, Deacon, Kirby, Cain y Parrilla (2011) evaluaron a niños de 2o y 4o de primaria en tareas de comprensión, y, posteriormente, les administraron una prueba de conciencia morfémica. Los resultados mostraron que los escolares con bajas puntuaciones en conciencia morfémica eran los que presentaban dificultades en la comprensión lectora.

Del lenguaje oral al lenguaje escrito, un camino seguro. 

Se ha descrito que la conciencia lingüística, en general, es muy necesaria para el aprendizaje de la lectura y la escritura. La gran protagonista de esta habilidad es la conciencia fonológica, que es considerada el predictor más importante del lenguaje escrito y el elemento clave en la enseñanza de la lectura y escritura. Sin embargo, igual que la conciencia fonológica, la conciencia morfémica sustenta el proceso de decodificación de palabras escritas. Los morfemas facilitan tanto la lectura de palabras como la comprensión de éstas en textos escritos. Ayudar a los lectores a tomar conciencia de su existencia y a explicitar los conocimientos implícitos que poseen, en relación a las palabras, les permite transitar los caminos que llevan del lenguaje oral al escrito y les da las bases para alcanzar de forma más profunda los dominios de la comprensión lectora.

Las actividades de conciencia morfémica se pueden realizar desde los primeros grados escolares.

La morfología en la educación inicial o infantil.

Durante los primeros años de vida se produce un enorme crecimiento en la forma del lenguaje a un ritmo acelerado. En esa época aparece la mayor parte de la morfología, sintaxis y fonología adultas. Los pequeños detectan en su entorno la presencia de patrones regulares del lenguaje, y a partir de ahí elaboran hipótesis sobre las reglas que subyacen a estos patrones. Por ejemplo, tienden a regularizar el pasado de verbos irregulares como andar, traer, dormir o conducir, que suelen conjugar como “andó”, “trayó”, “dormió” o “condució”.

A lo largo del tiempo, se produce una mayor sofisticación en el lenguaje para producir y usar su código lingüístico. Deberán muchos meses, e incluso años, antes de que logren controlar completamente una determinada unidad lingüística en los diversos contextos.

ETAPAS DE BROWN DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE ORAL

La morfología en la edad escolar.

Durante la edad escolar, se produce el aprendizaje de las derivaciones sencillas, como invenciones espontáneas de palabras (por ejemplo, adición de sufijos para formar adjetivos) y el uso de formas productivas tales como el uso de –ero.

Los escolares continúan aumentando el alcance de sus oraciones mediante la producción de las frases nominales y verbales. La habilidad para elaborar yuxtaposiciones y subordinaciones también aumenta, y se añade el aprendizaje de la forma pasiva. Para dominar las reglas morfológicas parten de la hipótesis de que un pequeño grupo de palabras tienen que ser tratadas gramaticalmente de cierta manera.

Conciencia morfológica y lectura.

En un estudio realizado con escolares de 4º, 5º y 6º grado de primaria de escuelas chilenas (Ramírez Quilape, A., & Martínez Jiménez, L., 2019), se indagó la contribución de los morfemas en la comprensión lectora. Los resultados indicaron una estrecha relación entre la conciencia morfológica y la comprensión lectora, la cual se vuelve más fuerte a medida que aumenta el nivel de educación básica.

Otros estudios anteriores, realizados con lectores con dificultad (Rodrigo et al. 2004), habían visto que el procesamiento morfológico parece estar menos afectado que el procesamiento léxico. Por otro lado, Domínguez, Seguí y Cuetos (2002), intentaron disgregar las bases del procesamiento ortográfico, morfológico y semántico mediante un paradigma de “priming” y vieron que el efecto de facilitación obtenido por las palabras, morfológicamente relacionadas, en todos los experimentos, podría ser interpretado como una manera específica de acceso al léxico.

En conclusión:

Favorecer la morfología y la conciencia del morfema desde de la educación inicial o infantil, parece un camino seguro para sentar las bases de una buena decodificación y comprensión lectora en los años escolares. Así mismo, en los lectores con dificultades, resulta de mucha ayuda realizar una intervención que explicite la existencia y el valor de los morfemas para mejorar la fluidez y comprensión de la lectura.

Sugerencias bibliográficas:

https://www.gramaticas.net/2011/01/ejemplos-de-morfemas.html

Ramírez Quilape, A., & Martínez Jiménez, L. (2019). RELACIÓN ENTRE LA CONCIENCIA MORFOLÓGICA Y LA COMPRENSIÓN DE LECTURA EN ESCOLARES. Paideia, (59), 13-33. Recuperado a partir de https://revistasacademicas.udec.cl/index.php/paideia/article/view/691

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